"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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28-05-2016 |
Los dilemas del izquierdismo que viene del aparatismo.
Notas
c.e.r
"Los fracasos son la ocasión más propicia –para los sobrevivientes- de encarar con seriedad el problema “de la revolución en America Latina”, de una sociedad más justa donde el componente humano de la misma eleve su nivel de conciencia y encuentre los caminos y las vías para una sociedad que supere al capitalismo, nos parece fundamental."
Que los procesos revolucionarios latinoamericanos de los años 60 y 70 se saldaran con un fracaso memorable –donde miles de las mejores cabezas jóvenes y pensantes- se sacrificaron inútilmente, parece no importar a algunos.
Debe ser porque ellos se salvaron y han adoptado el pragmatismo que se sintetiza en la frase: “El muerto al hoyo y el “vivo”…al pollo!!!”
Nosotros no estamos de acuerdo con ese pragmatismo que nos parece –hoy día- mero cinismo. O algo peor…
Los fracasos son la ocasión más propicia –para los sobrevivientes- de encarar con seriedad el problema “de la revolución en America Latina”, de una sociedad más justa donde el componente humano de la misma eleve su nivel de conciencia y encuentre los caminos y las vías para una sociedad que supere al capitalismo, nos parece fundamental.
Empecinarse en repetir todo lo viejo de los años 60 y 70, para volver a repetirlo, nos parece un sinsentido y una pérdida de tiempo. El enemigo, verá a todos estos “plantadores de estacas” con pretensiones de campeones imperecederos de los humildes, petrificados en las viejas paparruchas, como los espantapájaros más ridículos que imaginarse pueda y, se los comerá en dos panes, con su formidable parafernalia bélica.
Por algo debe ser que todos estos orientadores, mentores y panegíricos de las “insurrecciones futuras….de otros” no han intentado –en vida- llevar adelante ninguna de sus jeremiadas continúas . Pero de eso tampoco “los apóstoles de la revolución violenta” parecen detenerse a reflexionar.
Y el tema nos introduce en una variable bien jodida “de la buena voluntad” supuesta…de algunos. Nos introduce en una variable del oportunismo de izquierda de recostarse a “estados guías”, líderes ídem, todas variables tomadas de prestado del antiguo reformismo pro-sovietico. Propagadores de “salvadores” que condenan a las grandes mayorías a la dependencia, a estar atentos de los menores señalamientos de “los líderes”, convocándonos al resto a seguirlos en todos sus caprichos, sus ataques de megalomanía, sus “visiones” de futuro que hay que compartir a la fuerza.
Multitudes trasmutadas “en rebaños pasivos”, que no deben atreverse a discrepar con “los lineazos” de los mandamases y que son perseguidos cada vez que manifiestan independencia de criterios y una voluntad diferente o distinta de los que están el gobierno y los que les hacen “la correa de trasmisión” hacia abajo.
Así tenemos en América Latina, antiguos héroes guerrilleros que se perpetuan en el poder y con la totalidad del poder público, inclusive el de educar y formar a todos los mandos en los que delegan , se emperran en aferrarse al sillón, celosos de que un “cambio” les haga perder esa preminencia.
Sus múltiples pifias, errores, fracasos, hay que olvidarlos y recurrir a una realidad mentida, maniquea, en blanco y negro, donde los “culpas” nunca son propias y de sus elencos, sino de una entelequia exterior, el “imperialismo” sobre el que se arrojan todas las culpas. Cierta isla del Caribe, es el ejemplo que está presente en la cabeza de todos, no hay como equivocarse.
Y lo mismo vuelve a repetirse con Venezuela, donde un grandote abombado e ignorante, bocón por añadidura, gobierna con sus elencos de la estafa y el robo, con la boliburguesía, han arruinado a su país y reprimen a todo crítico, particularmente a los de sus propias filas con el argumento de que “sirven” al extranjero.
Para los “aparatistas” del sur del continente –últimamente Zabalza se ha sumado- como “voz amiga” al coro de ese oportunismo que reúne a varios alcahuetes interesados, se trata en “la ayuda” o “la manito” de buscar entre sus antiguas “garras” ideológicas, en la panoplia del “revisionismo histórico”, entre la vieja y superada “teoría de la dependencia”, elementos que los ayuden a darle un barniz de credibilidad y hasta “respetabilidad” histórica a sus esfuerzos.
Y ahí marchan entreverados Juan Manuel de Rosas, Garibaldi, el tísico Oribe y todos los retazos con los que se compuso en el pasado, el remedo de “ideología” que nos llevó a la derrota a todos.
Los demás –particularmente los críticos- son condenados al epíteto de “filósofos de boliche”. Justamente el boliche del que Zabalza era habitué en los tiempos de “pituco rana” y “anarco a medias” y al que hoy, su actual estado, le impide recurrir y, por eso lo usa de muletilla.
Le recomendamos a Jorge Zabalza y al pequeño séquito de sus seguidores que en vez de anotarse como polemistas, empiezen por leer algún buen libro sobre Juan Manuel de Rosas y, le recomendamos en ese sentido que deje de lado a ciertos revisionistas argentinos del tipo O¨Donell, que se vaya al librito de un marxista socialista y oriental: Vivian Trias. Le vaticinamos que leerá un libro útil, que lo va a ayudar a salir de los peligrosos caprichos a los que lo conduce siempre su subjetivismo particular y las malas lecturas mal digeridas y nunca sistematizadas. Va a encontrar allí una excelente referencia para explicar el ascenso y la caducidad del argentino Juan Manuel de Rosas, el "anti-imperialista” que acabó sus días en Ingalaperra.
Porque de una cosa puede estar seguro Jorge Zabalza, con la misma prontitud conque Rosas se subió a un velero inglés después de la derrota de Caseros, lo mismo harán los gobernantes venezolanos –pero en aviones a reacción- y con las valijas llenas de los millones de dólares que le han saqueado al estado venezolano y “socialista del siglo XXI” que debieron afirmar y profundizar, emponderando a sus trabajadores y los elementos intelectuales honestos que lo acompañaron en la primera hora. Y en el caso del grandote bobo de Maduro, hasta con “el pajarito” de marras.
Erró feo Jorge Zabalza, metido a “comparador” y a defensor de un 35% de partidarios más que dudosos, después de haber perdido los coeficientes del 60% que solió obtener electoralmente Chavez Frias.
Maduro, Diosdado Cabello y el resto del elenco han arruinado a Venezuela, esa es la verdad escueta. Se caen en medio del hambre de productos alimenticios venezolanos, de la falta de medicamentes, del abandono de todos los principios que alguna vez proclamaron. En medio de la escasez y la desesperación de las grandes masas venezolanas. Y esto para nada es el efecto de una “conspiración imperialista” solamente, es algo mucho más serio y mucho más difícil de examinar para todos los “aparatistas sin aparato” del Cono Sur de America Latina.